domingo, 26 de febrero de 2012

Te quiero, Heras

Entrada inspirada por 'Los Juegos del Hambre', este texto de Carmen PosadasRoman Lob - Standing Still y Joan Franka - You and Me

Prendí la llama en la base de la pequeña pila de leña que había delante mía y esperé unos segundos hasta comprobar que el fuego comenzaba a extenderse por la madera, en señal que había triunfado por primera vez en mucho tiempo en tal aventura. Llevaba ya demasiados días perdido en aquel bosque, escondiéndome de las sombras que me perseguían, día sí, día también, y que lo único que buscaban era acabar conmigo. 

Encender un fuego en aquel momento no era más que una estupidez, puesto que lo único que conseguiría, más allá de algo de calor durante unas horas y alimento cocinado, si es que no tenía que salir corriendo, sería atraer a aquellos que querían eliminarme del mapa. Bueno, un poco de sangre siempre le gustaba a la gente del Capitolio y, partiendo de la base que he aguantado casi una semana, cuando todo el mundo apostaba por mi muerte en el baño de sangre que se forma todos los días nada más empezar la competición, bastante dinero habrían ganado ya gracias a mí, aunque parece que no el suficiente como para comprarme algo.

Pero realmente, siendo la vida como es en mi distrito, pensar que seguir vivo durante un par de días más, que es lo máximo que iba a aguantar en la Arena, iba a ser mejor que vivir o, mejor dicho, sobrevivir, era estúpido, así que ya me importaba realmente poco morir ahora, o no. No sé, en el fondo no tenía muy claro lo que quería, nunca lo he tenido muy claro. ¿Cómo iba a tenerlo claro? En nuestro mundo lo único que podemos tener claro es que no podemos esperar vivir muchos años y, si lo hacemos, es porque hemos ganado la competición. Y, personalmente, me faltaban agallas, ganas y fuerza como para matar a nadie a sangre fría. No, yo era más de esos que se dedican a cuidar y proteger a las personas, no a clavarles cuchillos. 

Y al final, esos somos los que acabamos siendo apuñalados, ya que, por mucho que pretendamos disimularlo, en la vida no todo dura para siempre y, si queremos conseguir las cosas, demasiadas veces hemos de deshacernos de aquello que en el fondo nos hacen más bien que otra cosa. Y por lo visto, por mucho bien que yo pudiera hacer a alguien, no parecía ser tanto como para mantenerme a su lado. 

Escuché un par de susurros en mitad de la noche, de roces de las hierbas caídas de los árboles entre ellas movidas por el viento, y observé, a la luz lumbre, la corteza de un árbol de tronco grueso, justo como el que tenía al lado de mi cabaña en la ciudad. Lo curioso es que aquel árbol parecía tener tallada una inscripción, la típica marca de los amores eternos que, finalmente, acaban rompiéndose de frágiles y estúpidos que son. Mis abuelos nunca habían necesitado prometerse y jurarse amor eterno y, cuando mi abuela murió, en su lecho de muerte, él seguía llorándole, implorándole que no le dejase a solas con la oscuridad. A los pocos meses, murió de pena. 

Las llamas crepitaban y me acerqué, y rocé la inscripción. ¿Quién podía ser tan estúpido como para haber hecho aquella inscripción? ¿A quién se le ocurriría, a sabiendas de la muerte que les esperaba, tallar un corazón? Bueno, tampoco era tan estúpido imaginárselo: los trágicos enamorados. Cómo no. Una K y una P. Solté una pequeña risa, irónica, mientras sacaba el cuchillo del cinto y tachaba la inscripción mientras la sustituía por una mucho más inteligente:

Te quiero, Heras.

Me aparté un poco y, entonces, me di cuenta que estaba satisfecho con mi trabajo. Era rudo, tosco, estúpido y seguramente cuando acabasen los juegos y demoliesen el lugar, importaría muy poco lo que hubiese allí escrito. Al menos, le di segundos de metraje al Capitolio, para lo aburrido que estaba resultando mi comportamiento en la Arena. Y me acordé de una frase que alguien dejó escrita en mi cabeza alguna vez, de la misma manera que yo había dejado aquella marca escrita: 'El amor, hoy en día, no existe. Preocúpate de no olvidarte nunca que, el primero que debe quererte, eres tú mismo. Los amores vienen y van, pero si tú mismo eres incapaz de quererte, ¿por qué va a merecer la pena darte besos y jurar amor eterno a otra persona?'.

Fue entonces cuando el fuego se apagó, el viento recorrió mi rostro, despeinándome, y sabía que era el final.

domingo, 19 de febrero de 2012

Los Juegos del Spoiler (Reflexiones post-lectura)


Como muchos sabréis (bueno, muchos, aquellos que me leáis y que a la vez me sigáis en Twitter, los que me sigan en Twitter y no vayan a leer esta entrada del blog, los que está en el foro de Eurovisión y a todos los que doy por saco de manera generalizada), durante los últimos meses he estado pelín 'obsesionado' con la saga de Los Juegos del Hambre, precisamente desde que vi el tráiler oficial de la película, que en nuestro país se estrenará el 20 de abril. 

Lo extraño de todo esto es que no he tenido la oportunidad de leerme el libro hasta la última semana de exámenes, cuando mi madre llegó con una pequeña sorpresa bajo el brazo en forma de primera parte de la saga, después de preguntarme aquella misma mañana por el nombre (yo imaginaba que me lo traería, pero más adelante, ya cuando acabase los exámenes) y lo devoré por completo en unas horas (parte de una noche y parte de una mañana), a pesar de haberme auto-spoileado toda la historia. Quizás sea la temática del libro lo que me llamó tanto la atención pero lo que, tras estudiar asignaturas basadas en gran parte en la comunicación este primer cuatrimestre en la facultad, me llevó fue a muchas reflexiones personales acerca de los asuntos que trata.

Aviso, no sé si al final sucederá (conociendo cómo escribo, que lo improviso todo), pero por si acaso, esta entrada puede contener spoilers acerca de Los Juegos del Hambre, de Suzanne Collins, así que si seguís leyendo es por vuestra propia iniciativa y a sabiendas que puedo reventaros la historia.

Dicho este aviso, lo primero que se me vino a la cabeza tras leer la historia fue que muchos me la habían vendido como una segunda parte de la saga Crepúsculo, en el sentido de la historia romántica y empalagosa, y en lugar de ello me encontré con mi reconciliación con las historias de corte juvenil. Mi enfrentamiento, que viene de largo con el género (desde que me leí la primera de Crepúsculo y el final de Harry Potter, que aunque no me gustase, pues me resultó extraño), tenía como principal motivo la saturación de temática amorosa en las historias. ¿Es necesario vender amor para que el público juvenil siga tu historia? Obviamente, es uno de los temas literarios más recurrentes (yo mismo cuando he escrito historias siempre he metido tramas de marcado carácter romántico) y más enfocado a un público cuyas hormonas están revolucionadas con la entrada del amor en sus vidas, pero creo que se puede escribir buenas historias sin que el amor sea lo principal, la base de la historia.

El problema es que muchos no consiguen entender que el contenido de la historia amorosa de Los Juegos del Hambre, el triángulo entre Katniss, Peeta y Gale que en el fondo, ni es tan amor, ni es tan triángulo (soy incapaz de conformar un triángulo cuando ni Peeta ni Gale se hablan en todo el libro ni muestran reacciones con respecto al otro), es un juego de intereses para seguir con vida en la competición. Ella misma lo cuenta a medida que narra lo que sucede en los Juegos a partir de la declaración de amor de Peeta: fingen una historia de amor perfecta para los amantes de los dramas, como parece ser el público de la nación de Panem, y mientras que Peeta al final parece mostrar verdaderos sentimientos hacia Katniss, ella simplemente busca su supervivencia y la de su compañero. Existiendo la posibilidad de salvarse los dos, ella explotaría las bazas que tuviese a su disposición. Además, Gale y ella nunca habían sido nada, así que aunque sintiese lo que sintiese, no tenía que sentirse mal. El problema de Katniss es que ha tenido que madurar tanto en cuestiones de supervivencia que la pobre no ha tenido momento de pararse a pensar y vivir la vida, los amores y los sentimientos. Katniss Everdeen, la chica en llamas, es más torpe para el amor que yo, que mira que es complicado.

Y el segundo problema que encuentro en relación con las relaciones entre los personajes es que, con toda la moda esta de #TeamEdward y #TeamJacob de las fans de Crepúsculo, todos aquellos fans que lleguen a esta saga por trasvase van a acabar asumiendo que tienen que ponerse de parte u otro cuando esto no es necesario, es más, es prescindible: a mí ambos personajes me gustan, pero de Gale no tengo tantísima información, por mucho que Katniss le describa, ni llego a empatizar con él como para llegar a tomar una ''decisión'' acerca de lo que yo pienso que tuviera que elegir Katniss. 

Por otro lado, podría explayarme con unos cuantos temas, pero sí que he visto una especie de paralelismo entre esa revolución comunicativa de la que hemos hablado muchas veces en esa maravillosa asignatura llamada Teorías de la Comunicación (tomároslo como ironía o no, sigo defendiendo que como materia en sí es buena, no como asignatura por la marcada carga filosófica en algunos puntos) y la trama de 'revolución' que hay disimulada durante todo el libro: lo sencillo para Katniss hubiese sido asimilar las reglas de los Juegos y morir o asesinar a Peeta, ese era el mensaje claro, que los productores del programa al final decidirían cómo hacer las cosas y sería todo a su manera, y la artimaña de dejar dos ganadores en un principio no era más que un engaño para alcanzar el final más dramático posible, pero siempre hay una segunda lectura para todo y siempre ella buscaba el punto en el cual romper con ese preestablecimiento. Siempre había criticado el sistema de los Juegos y por participar no iba a cambiar su manera de actuar. Si nos fijamos, a lo largo de todo el proceso Katniss no mata directamente a nadie a excepción de aquel chico que mató a Rue, que era claramente un guiño a la figura de Prim, lo que lleva a cogerle cariño automáticamente a ambos personajes.

En resumen, la historia de Los Juegos del Hambre es una historia que versa acerca de nuestro mundo hoy en día, de manera muy destacada ese retrato que hace de los medios de comunicación, convertidos hoy en día en un entretenimiento con el cual se transmiten ideas políticas, por mucho que muchos se declaren medios independientes, para los cuales ''todo vale'' si se trata de captar audiencia. Incluso esa obligación de los habitantes de Panem de ver los Juegos (para lo cual la energía del país en esas fechas nunca falla) podría ser interpretado perfectamente como una metáfora acerca del fútbol en los medios de comunicación en nuestro país, los cuales son vendidos como un espectáculo bajo la premisa de la competición, cuando los que de verdad compiten en Panem son los que desean sobrevivir ante un Capitolio que les deja y les abandona, sólo interesándose para obtener los beneficios máximos, así como el deporte realmente yo no lo veo reflejado en televisión, sino una sucesión de modelitos de peluquería y una demostración, aunque gracias a Dios no siempre, que el ego siempre lleva a algo más. Porque yo me pregunto: ¿si Cristiano Ronaldo no ganase una cantidad insultante de dinero por correr tras un balón, qué haría cuando su carrera acabase? Con suerte, entrenaría a un equipo de fútbol, pero no nos engañemos, no hay tantos equipos de fútbol como jugadores.

Pero bueno, al menos los Juegos tenían una visión ''educativa'' para los habitantes de Panem, ''si os revolucionáis, podremos acabar con vosotros como hicimos con el Distrito 13'', pero el fútbol no deja de ser nada más que el opio del pueblo. Hay quien dice que si encienden la televisión es porque quieren despejarse del mundo que les rodea, y lo veo incluso plausible, pero no podemos olvidar que aunque seamos optimistas y miremos al mundo con alegría y una sonrisa, esperanzados, la realidad es algo más que elementos que nos ayuden a evadirnos. Es insultante ver cómo alguien que está en paro y busca trabajo sea capaz de defender que el portugués merecía ese contrato de casi 100 millones de Euros, sin contar los contratos publicitarios, en lugar de darse cuenta que con ese dinero su familia no pasaría hambre en la vida. Y esto, señores, es algo que yo mismo he presenciado.

Pero claro, el fútbol es espectáculo. Cuando el espectáculo sea ver la muerte en directo, ya hablaremos si a la sociedad le parece que es lícito gastar tanto dinero y tiempo de nuestras vidas en eso. ¿Telediarios de media hora y secciones de deportes que ocupan cuarenta y cinco minutos? Esto es España, amigos míos.

miércoles, 15 de febrero de 2012

La estrategia del tira y afloja


En mi línea de llamar a la entrada del post y que luego el contenido de la entrada no tenga nada que ver, os pongo esta foto del Muro de Berlín para ilustrar la de hoy. Lo extraño de todo es que no sigo mi línea, mira tú por donde, puesto que la foto de hoy sí que tiene algo que ver (por mucho que el título haga referencia al juego de tirar de la cuerda al que todos en algún momento hemos jugado en nuestra vida).

La estrategia del tira y afloja es una de esas estrategias amorosas que aplican las mujeres en esa... cosa, esa perversión que podemos denominar como psicología femenina y que, en el fondo, aunque intenten aplicarlo a todo y a todos, inclusive otras mujeres, no funciona. No quiero generalizar, porque la verdad es que ni me gusta, ni se me da bien (eso de cagarla es muy habitual en mí), pero sí que admito que parece que las mujeres tienen esa curiosa manía (aunque se está extendiendo a esta sociedad en general) por la cual se sienten en la imperiosa necesidad de dar consejos a todo y todos, sea cual sea la situación en la que se encuentren (con especial predilección por las situaciones de amor y de relaciones con otros, que parece que les encantan).

La cosa es que como toda regla esta, por la cual los consejos femeninos equivalen a fracaso en su aplicación, tiene su excepción: la estrategia del tira y afloja. Las bases de esta estrategia son muy sencillas: tú estás enamorado o te gusta una persona que te hace relativo caso aunque no termina de seguirte, no te busca como a ti te gustaría que te buscases. Pues bien, la solución es dar un poquito de ti y, midiendo los tempos, apartarte e ''ignorarle''. En principio tiene buenos resultados (lo digo por experiencia), pero luego...

¿Inconvenientes de esta estrategia?

...el principal inconveniente es que como te excedas en el número de repeticiones a la hora de alejarte de la otra persona, puede darse un cansancio por tu actitud y que acabe pasando, en consecuencia, se acabó toda oportunidad. ¿Otro inconveniente? Que te alejes en exceso, no midas los distancias ni los tempos y... adiós, persona especial, hola, olvido. Y luego existe otro inconveniente, que es el que me afecta a mí de manera directa: ser incapaz de controlar los tempos ni las maneras, se te vaya todo de las manos, y no entiendas cuando debes estar o cuando debes irte o cuando volver. Este último inconveniente, de todas formas, es el más fácil de solventar: el tiempo es el que te ayudará a manejar los tempos. 

Afortunadamente, yo empiezo a encauzar un poco ya las cosas y sé que, dentro de esta estrategia, más o menos puedo manejar ciertas variables con un éxito relativamente notable. Ahora bien, que yo sea capaz de jugar un ratito más con la cuerda, a tensarla y aflojarla... Eso es otro cantar. 

Y como hablamos de cantar, pues os dejo el videoclip, recién salidito del horno, de 'Safe and sound' la canción que Taylor Swift junto a The Civil Wars ha compuesto e interpreta para la banda sonora de 'Los juegos del hambre', que sale en Abril. Tengo que hablaros del libro, porque tiene varias lecturas muy interesantes (y más ahora que he estado estudiando Teorías de la Comunicación, y no lo digo en coña, ni intentando hacerme el interesante).

Aquí os dejo el vídeo y, como ya sabéis, en La Casa del Árbol podréis estar 'Sanos y salvos'

sábado, 11 de febrero de 2012

Patio de colegio

No comprendo, para nada, algunos objetivos personales de las personas. Es más, creo que ni siquiera tengo claro cuáles son tales objetivos y, en el caso de que comprenda los objetivos de alguien concreto, creo que son tan sumamente vacíos que es como si no tuviese algún objetivo claro. Es estúpido, una broma del destino, que de la noche a la mañana te califiquen casi que de alguien 'sobrante' y cuando te encuentras con la persona que te lo dice, al rato va tras de ti y te pregunta cómo estás, que hace mucho que no sabe de ti. 

Este pequeño niño, habitante en una casa que construyó en un árbol enclenque que se cayó durante la última tormenta, ha tenido que mudarse a un árbol cuyo tronco es mucho más resistente y la casa tendrá una base más sólida.

Es el momento de poner las cartas sobre la mesa y dejar claro lo que somos todos y cada uno de nosotros. ¿Y qué somos? Ya nadie lo sabe. Nunca lo supo nadie y la oportunidad de saberlo se perdió en los albores de una red social hecha para uso y disfruto de aquellos más populares, de aquellos conocidos. El resumen, la lectura entre líneas que podríamos sacar es que la vida es como un gran patio de colegio, en el cual se forman grupos, pandillas, y, o te metes en un grupo rápido, o vas a ir deambulando de grupo en grupo hasta que encajes completamente en alguno de ellos. 

Con suerte, hay veces que hay pequeños de estos 'satélites' que rebotan, rebotan y rebotan, acaban juntándose dos de ellos y forman una nueva pandilla. Eso lo digo, con suerte, porque si no, estos acaban siendo poco menos que cantos rodados, tan sumamente hastiados que ni les interesa juntarse con nadie. Son entes vacíos.

Pero, no os preocupéis, si tenéis algo que interese a la pandilla, seréis completamente integrados. ¿El precio? Que la realidad será otra, pero... ¿qué más da? Aquí sólo importa que la pandilla es, única y exclusivamente, la gente que ''debe estar'', los demás sobran.

jueves, 9 de febrero de 2012

Another Heart:ache



A veces vuelo donde nadie puede alcanzarme
En un cielo pintado
A veces buceo, no importa cuan bajo esté de mí
Para sentirme vivo
La caída más dura, la cicatriz más profunda
Y lo he intentado
Mantenerte a distancia de mi, cuando la verdad es que te necesito.

Así que dime que no eres una nueva agonía que pasa de largo
Dime que eres diferente porque ya tuve bastantes mentiras
¿Estarás ahí? Abrazándome fuerte
Dime que esto es lo correcto
Sólo dime que es lo correcto

No hay necesidad en intentarlo donde quiera que esté cerca tuya
Para alcanzarlo
Como fingir una sonrisa en el momento que te veo
Ahora me ves
Cuanto más intento alejarte de mí, menos me puedo resistir
Pero está bien
Como aprender a andar, estoy aprendiendo a confiar en ti

Dime que no eres únicamente una nueva agonía que pasa de largo...

jueves, 2 de febrero de 2012

Las seis de la mañana en la Biblioteca General

Creo que no hace falta más explicaciones que el título del post de hoy para dejar claro que, sí, son las seis de la mañana y que, sí, estoy en la Biblioteca General de la UMA, nuestra amada UMA, ese lugar en el cual pasa tanto y tan poco. Y sé que muchos pensaréis que el título es una referencia poética al amor que siento por la Biblioteca, pero no. Rotundamente no. No estaría aquí si no fuese porque tengo que estudiar y estudiar, seguir estudiando y pasando apuntes y, si pudiera, estaría ya en casa, tumbado durmiendo, o en casa de Julio (como siempre) acoplado durmiendo en esa especie de habitación a la cual, si le va poniendo ya un cartelito con mi nombre, pues como que ni desentona.

La cosa es que ahora mismo, yo, que no soy para nada de dormir, tengo unas ganas inmensas de dormir. ¡DIOS LO QUE DARÍA POR UNA JODIDA CAMA EN ESTOS MOMENTOS! ¡MI VIDA! Y siendo si escribo en mayúsculas, pero es que a estas horas de la mañana, y habiendo dormido en dos días menos de diez horas (contando una hora y media que dormí ayer antes del examen de Psicología y las 5 horas que he dormido después del examen antes de venirme a la Biblioteca), pues como que no me apetece otra cosa, ¡oiga usted!

Porque sí, señores, hoy/ayer... ¿en qué coño de día vivo? Bueno, sí, lo que sea, hoy he hecho mi primer examen de la carrera y, bueno, sensaciones agridulces, pero bueno, como diría Shakira: lo hecho está hecho. Y punto. Son las seis y veinte de la mañana y no me da para pensar.

Y, para que veáis que soy bueno, aún no os estoy trolleando en exceso con el Proyecto Kaiser en el blog. Simplemente, os recuerdo que si os interesa, podéis meteros en http://elkaiserdebrightport.blogspot.com ¡El 17 de febrero arranca definitivamente!

No digo más porque, ni sé que deciros, ni tengo ganas de escribir más y... ¡Dios, Julio, deja de mirarme por encima del hombro!