miércoles, 14 de septiembre de 2011

Una chica rica, un relato típico

Hace tiempo escribí este relato corto para un foro de escritura al cual pertenecía y en el cual no estuve demasiado tiempo, ya que tengo la maldita manía de no ser demasiado constante con las cosas en ese sentido (creo que al foro al que llevo más tiempo perteneciendo y con el cual tengo más fidelidad es con el de Eurovision desde 2007, así que imaginad), Y quería compartirlo con vosotros, no porque sea profundo y trascendental para el devenir de mi manera de escribir, sino porque con esto me di cuenta de verdad que las cosas que escribo, por muy banales que sean, si las escribo de mi interior, las voy a seguir apreciando pasen los años que pasen. Lo dicho, no es gran cosa, pero bueno, si os gusta, agradecido soy.

Lys 

Se miró al espejo del tocador una y mil veces, se cepillaba el cabello moreno con meticulosa perfección y escudriñaba en la imagen de su propio reflejo. Soltó el instrumento de plata junto al joyero, repleto de avalorios de lujo, y se sentó para seguir arreglando su imagen antes de bajar a la fiesta.


Lys Taylor, hija de un gran magnate de la ciudad de Brightport, siempre había disfrutado de la vida que el dinero de su padre le proporcionaba. Pero, claro está, los billetes y las monedas nunca son lo prioritario en esta vida. Puedes vestirte con vestidos preciosos -como el plateado que ella misma lucía aquella noche-, pero hay una parte dentro de tu alma, de tu espíritu, que no puede ser comprada con lujos y cosas 'divinas'. Ella siempre había sentido el vacío en su interior, pero nunca había sido capaz de dar el paso para llenarlo con algo.


Se dio el último brochazo en la cara y se levantó del tocador, dándose la vuelta y saliendo de la habitación, quedando frente a la preciosa escalinata de mármol blanco que daba al piso inferior de la mansión que su padre, Magnus Taylor, había adquirido con trabajo, esfuerzo y muchos chanchullos. Suspiró y se levantó un poco la parte baja del vestido para no tropezarse con los tacones y caer rodando.


Pisó el suelo firme de la planta baja y observó el desfile de celebridades locales que accedían al interior de la gran sala de fiestas que tenía preparada su padre para esta ocasión. Ella, realmente, no sabía qué celebraban, ¿un nuevo intercambio de maletines para que su padre crease un nuevo laboratorio? Con la Corporación Quimera fuera de juego... cualquier cosa podría suceder.


Y ella, mientras tanto, soñando con cambiar su vida y llenarla con algo nuevo... Ilusa, sabía que, aquella noche, no se daría el caso.

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